Una de las causas de las ilusiones ópticas son las imágenes residuales en la retina que resultan de los movimientos oculares
En 1981 se hizo famosa una pintura de Isia Leviant titulada Enigma. Estaba compuesta por círculos concéntricos que, al mirarlos, producían una ilusión óptica de movimiento.
27 años después, la neuróloga Susana Martínez-Conde y su equipo del Instituto Neurológico Barrow en Phoenix (EE.UU.) parecen haber descubierto la causa de este fenómeno tras hacer un experimento para comprobar si el efecto se relaciona con pequeños movimientos involuntarios de los ojos conocidos como microsacadas. Por lo visto, sin estos movimientos esta percepción visual se desvanece.
El estudio consistió en registrar los movimientos oculares de tres voluntarios mientras miraban la pintura Enigma. Los individuos tenían que apretar un botón cuando les pareciera que la velocidad del movimiento generado por la ilusión óptica empezaba a reducirse y soltarlo cuando se acelerara. Los científicos comprobaron que la ilusión se intensificaba cuando las microsacadas tenían lugar a más ritmo. Por el contrario, cuando el ritmo bajaba la ilusión se desvanecía.
Otros ejemplos de ilusiones ópticas causadas por estas microsacadas son:
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